jueves, 31 de mayo de 2007

¿NAVARRA EUSKALDÚN?

Las recientes elecciones autonómicas y locales han ofrecido, como uno de sus resultados más preocupantes, el claro avance de las posiciones políticas euskaldunes dentro de la Comunidad Autónoma de Navarra. Al respecto, Jaime Ignacio del Burgo, diputado de UPN, ha llamado la atención sobre el hecho de que este significativo cambio político y sociológico tiene sus orígenes en ese mundo que los políticos -con frecuencia miopes para todo lo que no sea política- tantas veces suelen ignorar: el mundo de la cultura. Habría que investigar en qué medida la mitología euskaldún, tan arraigada dentro del País Vasco, se ha extendido durante los últimos diez años en los sustratos populares de la sociedad navarra, sobre todo en los ámbitos juveniles, más o menos contraculturales y de izquierda radical. A buen seguro que los resultados de tal investigación resultarían enormemente reveladores.

Los cambios políticos siempre vienen precedidos por cambios culturales, que con frecuencia se mueven en el plano de la mitología popular. Y, sin lugar a dudas, el mito vasco-navarro (en último término, panteísta, neopagano y arcaizante, como nos explicó Jon Juaristi) gana terreno en la España de hoy. Esto ocurre por varias razones: en primer lugar, por la acción subterránea (tolerada en Navarra durante los últimos tiempos) del brazo cultural de Batasuna y su entorno, que trabaja sin descanso para difundir los mitos de la "izquierda abertzale" en territorio navarro. Pero también por la propia debilidad mitológica de la España actual, que no ofrece ningún mito atractivo en torno a la idea de España como reino legendario. Incluso se está perdiendo el aura tradicional que Navarra, como territorio foral, tuvo durante el franquismo: un aura de misterio que, hundiéndose en la noche de los siglos, aportaba al reino navarro una innegable singularidad. Hoy, todo esto, políticamente incorrecto, ha sido censurado. El resultado es el avance de Nafarroa Bai, que, haciendo pinza con una Batasuna maquillada, y aprovechando la ambigüedad de Zapatero, irá tejiendo inexorablemente su tela de araña en torno a Navarra. Algo de lo que la propia España, y los partidarios de su unidad, estarán siendo corresponsables, al haber suprimido, como decimos, todo rastro de mitología hispánica en el aséptico "Estado de las Autonomías" que hoy padecemos.

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domingo, 20 de mayo de 2007

SATANÁS Y "EL PAÍS"

Oficialmente, "El País" no cree que exista Satanás. Del mismo modo que niega validez a todos los demás dogmas de la Iglesia Católica, igual que niega que exista el infierno, la idea de un ser personal y realmente existente, enemigo irreconciliable de Dios y seductor de los hombres, le parece una creencia anacrónica, propia de una mentalidad pre-científica anclada en un mundo dominado por la superstición.

Y, sin embargo, durante décadas el suplemento musical de "El País", titulado precisamente "El País de las Tentaciones" (apenas velada alusión al propio Satán), ha mostrado una extrema debilidad, y casi una abierta fascinación, por los temás satánicos. Se nos cuenta, por ejemplo, que tal o cual grupo musical se declara "adorador de Satanás", o que, al menos, coquetea con la atractiva seducción que ejerce el Maligno. Pero entonces no apreciamos en el tono de las palabras que "El País" considere esa referencia a Satanás como algo que, al fin y al cabo, "todos sabemos que es mentira, que es un simple producto de la mente". Implícitamente, se está admitiendo que Satanás tiene una cierta realidad objetiva, que no es una simple creación subjetiva de nuestra capacidad de fabulación literaria y simbólica, como pueden ser, por ejemplo, Hamlet o don Quijote. Lo cual, a decir verdad, tiene su lógica: Satanás significa la mayor rebelión imaginable contra Dios en nombre de la "libertad": es casi un "héroe de la libertad". Y "El País" está obsesionado también con una "libertad" de estilo satánico que, en su opinión, sólo podrá ser alcanzada cuando desaparezca o se desnaturalice la Iglesia Católica. Por eso, "El País" considera a Satanás "uno de los nuestros". Oficialmente, como periódico "serio", tiene que burlarse de quienes creen que realmente existe. Pero encomienda a "El País de las Tentaciones" (que representa la dimensión "subterránea" de "El País") la tarea de insinuar su posible existencia objetiva. O, al menos, de decir que es un arquetipo de estilo junguiano, y que, por tanto, se sitúa a medio camino entre ser una creación subjetiva de la mente humana y una realidad objetiva, en cierto modo independiente de nuestra mente. Sea como sea, la fascinación de "El País" por Satanás constituye un síntoma más que alarmante acerca del mundo espiritual que hoy nos rodea.

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viernes, 11 de mayo de 2007

MARÍA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA, SOBREVALORADA

Las encuestas del CIS -discutiblemente fiables, por otro lado- nos vienen repitiendo durante los últimos tres años que la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega es uno de los miembros del Gobierno mejor valorados por los ciudadanos. Ahora bien: en sus muy numerosas intervenciones públicas, sólo la he escuchado reproducir los mismos eslóganes y mensajes políticos estereotipados que repiten sus demás compañeros del PSOE. Ni un atisbo de originalidad o independencia de pensamiento. Ninguna retórica deslumbrante. Ningún signo de mejor formación cultural que la media. Y, lo que es peor, ningún mayor grado de autenticidad humana que el bastante mediocre que es habitual en nuestra clase política, tanto en el PSOE como en el PP, IU y los nacionalistas. Sencillamente, Fernández de la Vega es una política más en el gris panorama político español contemporáneo.

Entonces, ¿por qué parece valorársela especialmente? A mi modo de ver, por tres razones: porque es la mujer que ha alcanzado un puesto de mayor relevancia política en España (la vicepresidencia del Gobierno). Porque da la imagen de persona mayor (no conozco su edad exacta, pero es, sin duda, la política que parece de más edad entre los políticos españoles de hoy), y eso le granjea cierta simpatía añadida. Y, finalmente, porque da la impresión de trabajar mucho, ya que continuamente sale a dar la cara en las ruedas de prensa, a apagar fuegos y a lidiar con las patatas calientes que tan poco le gustan a Zapatero. Cuando se desencadena alguna tormenta política desfavorable para él, Zapatero suele seguir la estrategia de desaparecer durante dos o tres días, a ver si entretanto escampa. Pero alguien tiene que dar la cara por el Gobierno: y allí que sale la señora De la Vega, dispuesta a aguantar el chaparrón. Tal vez en esto -en el valor de dar la cara- consista el mayor mérito que haya que reconocerle. Quizá tenga otros y yo personalmente no los conozca. Pero, desde luego, no me lo parece. Por lo que he visto de ella hasta el momento, Fernández de la Vega es una política del montón.

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viernes, 4 de mayo de 2007

EL PP, EL 11-M Y LA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN

"El País" se felicita de que el PP parezca estar empezando a desmarcarse de la teoría de la conspiración en referencia a los atentados del 11-M. Ya se sabe: que ETA pudo tener algo que ver, de algún modo, con tales atentados, posiblemente convenientes para producir un vuelco político en España.

Es cierto que, durante estos últimos años, distintos dirigentes del PP han dado pábulo a esta teoría de la conspiración, fuente de una interminable y muy agria polémica con el PSOE y los medios del grupo PRISA. Al final, parece que el PP va a tener que soltar este hueso, que se ha empeñado en morder durante demasiado tiempo y con argumentos no suficientemente convincentes. ¿Cuál habría debido ser su estrategia en este tema? Muy sencillo: abstenerse de teorías conspiratorias que se prestan fácilmente a refutaciones irónicas y ridiculizaciones, y limitarse a decir lo siguiente: "En los atentados del 11-M hay cosas importantes que no están claras. Que se investiguen todas, lleve a donde lleve tal investigación. No decimos que detrás se esconda la mano de ETA. No tenemos ninguna idea preconcebida: sólo la certidumbre de que hay que investigar más. Los resultados del 14-M habrían sido distintos -aunque no sabemos en qué medida- sin el 11-M, pero no los discutimos ni impugnamos. Sólo pedimos que se investigue a fondo el 11-M por un honrado deseo de que se aclaren los muchos puntos oscuros del caso. No sabemos si esos puntos oscuros podrían producir un giro espectacular en la investigación. Probablemente no, pero no hay que excluir ninguna posibilidad. Que se investigue hasta donde sea posible, por el simple deber de buscar siempre la verdad. Porque un Estado que se desinteresa de la verdad está socavando sus bases morales y se adentra en un peligroso camino".

Pero el PP, en mi opinión torpemente, ha insistido demasiado en la teoría de la conspiracion. Ahora tiene que desmarcarse de una posición difícilmente sostenible. Para regocijo de "El País", que comprueba la desorientación estratégica de un PP que no termina de dar con la clave justa para ganarle terreno a Zapatero.

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martes, 1 de mayo de 2007

LO QUE HAY DETRÁS DE "CAMBIO RADICAL"

Ciertamente, podríamos decir que, tras el exitoso y polémico programa de Antena 3 presentado por Teresa Viejo, hay cosas como la filosofía narcisista del Occidente contemporáneo, la identificación de la persona humana con su cuerpo, el "hombre light" descrito por el psiquiatra Enrique Rojas, el sueño de una juventud eterna a golpe de bisturí y la inmadurez antropológica donde el individuo, anclado en el Ello freudiano, se estanca en una etapa infantil de su evolución espiritual.

Pero, en realidad, tras "Cambio radical" también hay mucho más. Las personas que acuden al programa lo que realmente quieren no es sólo cambiar sus cuerpos, sino cambiar sus vidas: acceder a una vida más "ingrávida", más "fresca", más cercana a esa juventud del mundo con la que soñaba el Zaratustra danzante de Nietzsche. En este sentido, "Cambio radical" está relacionado con la crisis de la cultura occidental, con la insatisfacción vital del hombre contemporáneo, con los libros de autoayuda, con Bridget Jones, con Paulo Coelho y con esa vida ficticia en Internet que hoy muchos practican mediante "Second Life". Lo que los occidentales de nuestros días necesitan no es un cambio radical en sus cuerpos, sino un cambio radical en sus vidas. Lo que se anhela es, en el fondo,una vida auténticamente humana, fuera de la "Matrix" que nos envuelve y nos asfixia. Por desgracia, el Occidente contemporáneo sólo consigue dar al respecto palos de ciego, porque no sabe cómo darse a sí mismo ese tan necesario "cambio radical" que supondría una metamorfosis absoluta de nuestra civilización.

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