jueves, 23 de agosto de 2007

JAVIER SIERRA Y LOS "NUEVOS MITOS"

Javier Sierra, antiguo director de "Más allá" y hoy escritor de éxito internacional gracias a novelas en la línea de "El Código da Vinci", declaraba recientemente en una entrevista: "Estamos creando nuevos mitos. Dentro de doscientos años, habrá antropólogos que estudiarán estas novelas como el germen de un cambio". Sierra se está refiriendo al gran número de novelas pseudo-históricas que, con una evidente intención ideológica, reescriben la Historia y han popularizado todo tipo de teorías de la conspiración, símbolos gnósticos y creencias neopaganas. El principio subyacente resulta obvio: hay que superar la herencia del cristianismo, que nos ha encerrado en una visión monocorde de la realidad. Debemos retornar, desde un monoteísmo trasnochado que ya no tiene nada que ofrecernos, a un politeísmo repleto de deidades sugestivas y que, al no imponer ningún dogma, no coarta tampoco la libertad de nuestro espíritu ni la creatividad de una imaginación que siempre vuela en busca de nuevos horizontes.

Esta idea, que puede parecer sugestiva a muchos, esconde un profundo error. Es cierto que existe un legado religioso y simbólico procedente del mundo pagano que el Occidente contemporáneo debe recuperar, como parte de la "sinfonía universal de la verdad", que contiene elementos originarios de muy distintas culturas y tradiciones: la civilización del futuro, sin ser relativista ni ecléctica, será, sin duda, multicolor. El racionalismo moderno ha censurado este patrimonio, que hoy atrae a un hombre occidental en busca de una nueva espiritualidad. Pero es falso que recuperar tal legado signifique poder prescindir del cristianismo. El cristianismo será el nervio central de esa civilización multicolor del futuro a la que nos referimos. En los siglos I y II d. de C., Roma se encontraba llena de filosofía griega, cultos mistéricos y religiones orientales. Isis y Mitra fascinaban a muchos. Pero no bastaban: el corazón de un paganismo cansado de buscar la verdad sin encontrarla anhelaba inconscientemente algo distinto. Y, como sabe cualquier persona medianamente culta, el cristianismo hace añicos todos los esquemas establecidos por las religiones. La afirmación inaudita de un Dios hecho hombre, muerto en la cruz y resucitado de entre los muertos hace trizas todos los hallazgos meramente humanos de la filosofía y la religión paganas. Llega al corazón del hombre mucho más profundamente que cualquier otra afirmación de tipo religioso, y por eso el cristianismo ha tenido un destino único en la historia de la Humanidad.

Quien, como Javier Sierra, crea poder prescindir del legado cristiano de Occidente y emigrar a las tierras cátaras del Languedoc o a los misterios eleusinos, sencillamente no sabe lo que dice. No tiene ni idea de la problemática espiritual que hoy afecta de un modo dramático a nuestro mundo. No ha leído a Rougemont, ni a Danielou, ni a Pieper, ni a Moeller, ni a De Lubac; no ha entendido nada de Dostoievski, en el caso de que lo haya leído. Desconoce la trama profunda del devenir espiritual de Occidente. Y, felizmente inconsciente, se dedica a explotar la veta del éxito literario fácil. Muy bien: allá él. Nosotros, por nuestra parte, seguiremos rezando para que su corazón se abra a la luz de Nuestro Señor Jesucristo, condición previa para que su mente, ahíta de erudición superficial, se torne accesible a una comprensión más honda del corazón humano y del misterio de la Historia.

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martes, 12 de junio de 2007

EL MAYOR PROBLEMA DE NUESTRO MUNDO

El mayor problema de nuestro mundo no es ni Bush, ni Al Qaeda, ni el cambio climático, ni el G-8 y el FMI, ni ninguna otra realidad que se sitúe en el nivel de la economía, la política y la actualidad social. De igual manera, el mayor problema de España no es Zapatero, ni "la derecha", ni Aznar, ni la COPE, ni la inmigración, ni ETA, ni el terrorismo islamista, ni los partidos nacionalistas, ni la subida del euribor.

El mayor problema del mundo es que estamos viviendo en una especie de "Matrix" espiritual. Creemos que la vida es esta cosa gris por la que hoy en día discurre nuestra existencia: el trabajo, la televisión, el fin de semana, el sexo, los periódicos, los deportes, el aburrimiento y el vacío. Estamos alienados respecto a la auténtica realidad. Vivimos en una cárcel invisible que somos incapaces de percibir. Ya ni siquiera nos damos cuenta de que somos prisioneros. Pero aquí mismo, junto a nosotros -pero a una distancia infinita de nosotros-, nos espera un mundo nuevo, lleno de misterio y autenticidad. Un mundo que es como un gran árbol frondoso, frente a esta llanura desértica en la que ahora vivimos. Ahora sólo nos resta la tarea de encontrar la puerta secreta que nos da acceso a ese otro mundo que hemos olvidado y que debemos redescubrir.

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viernes, 8 de junio de 2007

CUANDO LOS PROFESORES NO QUIEREN PENSAR

Lo que voy a contar sucedió hace unos meses en cierto instituto de la Región de Murcia, en el que soy profesor. Propuse a los jefes de Departamento de las distintas asignaturas que, aprovechando la reunión semanal que tenemos para tratar asuntos generales referentes a la marcha del instituto, y dado que nos suele sobrar tiempo, nos dedicáramos a reflexionar sobre los verdaderos problemas que hoy afectan al sistema educativo. Vamos, que hiciéramos una especie de debate o mesa redonda semanal sobre qué es lo que está pasando en los institutos actuales, como paso previo a unas posibles medidas correctivas futuras más allá de los consabidos desdobles, clases de apoyo y repaso etc.etc.

Reacción de mis compañeros: silencio absoluto, incomodidad, cierto tono de burla irónica, cuando no manifiesta hostilidad. Sólo uno mostró cierto apoyo a mi propuesta. Los demás se callaron en bloque. Una compañera me dijo que bueno, que si eso se organizaba en forma de cursillo de los que dan puntos para los sexenios... Otra, más directa y brutal, me dijo que le parecía mal que yo me atribuyera el papel de "movilizador de las conciencias". Y ahí se terminó la cosa. Visto el panorama, se comprenderá que el autor de estas líneas haya abandonado por completo su iniciativa.

En todos los institutos por los que he pasado, me he encontrado con experiencias semejantes. La gran mayoría de los profesores no quieren pensar. Les da miedo ir al fondo de los problemas. Lo cual me hace pensar en el "hombre light" que describe el psiquiatra Enrique Rojas. El "hombre light" de nuestros días es alérgico al auténtico pensamiento, que le obligaría a asomarse a abismos de los que huye con todas sus fuerzas. Hoy hemos llegado a la etapa de los "profesores light".

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viernes, 1 de junio de 2007

"MUY INTERESANTE" Y LA MASONERÍA

Ignoramos si algún miembro de la redacción de la revista "Muy Interesante" es miembro oficial de alguna logia masónica. Vamos a suponer que no. Pero da igual: porque la ideología de la revista sólo puede entenderse en clave masónica. Esa ideología puede resumirse en las siguientes ideas: no existe Dios, y mucho menos el Dios cristiano. Sí existe una especie de Inteligencia inmanente al propio universo, pero, en último término, es esencialmente idéntica a la inteligencia humana. El futuro de la raza humana está en la autotransformación de ésta a través de dos instrumentos: la tecnociencia que, dentro de unas décadas, empezará a construir híbridos humano-máquina, y la absoluta superación de los viejos tabúes de la moral y de la religión. El ser humano no debe reconocer ningún límite absoluto, porque, en el fondo, es su propio dios. De modo que todo está permitido. Entre otras cosas, ninguna opción ni posibilidad sexual debe considerarse como ilegítima.

"Muy interesante" predica la autodivinización del hombre y la religión de la ciencia. Y, por ello, conecta con los principios fundacionales de la masonería, inequívocamente establecidos contra la fe cristiana. De modo que los lectores de "Muy interesante" deben saber que, si se toman en serio la revista y no adoptan las debidas cautelas, se les está adoctrinando subrepticiamente en una ideología absolutamente perniciosa: un supuesto humanismo que persigue la destrucción del hombre para hacer surgir un "superhombre" que, en realidad, será un "infrahombre". Hecho queda este aviso para navegantes.

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¿VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD PEDERASTA?

A primera vista, la pregunta que planteamos en el título de este comentario puede parecer escandalosa: pues, ¿no es absolutamente obvio que la sociedad occidental contemporánea se horroriza ante el aberrante fenómeno de la pederastia? Y, sin embargo, no resulta demasiado difícil argumentar que la sociedad actual, indirectamente, está fomentando el continuo auge de tal fenómeno. En primer lugar, ve con buenos ojos la circulación masiva de imágenes pornográficas de todo tipo a través de los más distintos canales de difusión: una inundación pornográfica que contribuye claramente a alimentar los más oscuros fantasmas psíquicos, relacionados con el mundo del sexo, en millones de individuos: entre ellos, el de la pederastia. En segundo lugar, el individualismo típico del Occidente actual fomenta cada vez más la figura del sujeto solitario que, en su domicilio y a través de su ordenador, dispone de unos medios antes nunca soñados para satisfacer esas obsesiones sexuales que nuestra sociedad se ocupa concienzudamente de estimular. En tercer lugar, los occidentales de hoy, hastiados de una vida plana y vacía que es consecuencia de una sociedad sin auténticos valores espirituales, buscan experiencias y sensaciones "cada vez más fuertes", "que les den morbo", sobre todo en el terreno del sexo. Y, en cuarto lugar, asistimos desde hace años a una evidente y cada vez más palpable sexualización de la infancia: con frecuencia se viste y se presenta -por ejemplo, en el mundo de la publicidad y en televisión- sobre todo a las niñas de una manera completamente impropia, como pequeñas Lolitas que insinúan sus encantos al espectador voyeurista.

Si conjuntamos estos cuatro factores, no podemos extrañarnos de que un cierto número de individuos lleven a sus últimas consecuencias las tendencias que previamente nuestra sociedad ha estimulado. Nos horrorizamos ante las redes de pederastia en Internet, pero no hacemos más que recoger los frutos que inevitablemente tenían que desarrollarse a partir de las semillas que antes habíamos plantado.

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jueves, 31 de mayo de 2007

¿NAVARRA EUSKALDÚN?

Las recientes elecciones autonómicas y locales han ofrecido, como uno de sus resultados más preocupantes, el claro avance de las posiciones políticas euskaldunes dentro de la Comunidad Autónoma de Navarra. Al respecto, Jaime Ignacio del Burgo, diputado de UPN, ha llamado la atención sobre el hecho de que este significativo cambio político y sociológico tiene sus orígenes en ese mundo que los políticos -con frecuencia miopes para todo lo que no sea política- tantas veces suelen ignorar: el mundo de la cultura. Habría que investigar en qué medida la mitología euskaldún, tan arraigada dentro del País Vasco, se ha extendido durante los últimos diez años en los sustratos populares de la sociedad navarra, sobre todo en los ámbitos juveniles, más o menos contraculturales y de izquierda radical. A buen seguro que los resultados de tal investigación resultarían enormemente reveladores.

Los cambios políticos siempre vienen precedidos por cambios culturales, que con frecuencia se mueven en el plano de la mitología popular. Y, sin lugar a dudas, el mito vasco-navarro (en último término, panteísta, neopagano y arcaizante, como nos explicó Jon Juaristi) gana terreno en la España de hoy. Esto ocurre por varias razones: en primer lugar, por la acción subterránea (tolerada en Navarra durante los últimos tiempos) del brazo cultural de Batasuna y su entorno, que trabaja sin descanso para difundir los mitos de la "izquierda abertzale" en territorio navarro. Pero también por la propia debilidad mitológica de la España actual, que no ofrece ningún mito atractivo en torno a la idea de España como reino legendario. Incluso se está perdiendo el aura tradicional que Navarra, como territorio foral, tuvo durante el franquismo: un aura de misterio que, hundiéndose en la noche de los siglos, aportaba al reino navarro una innegable singularidad. Hoy, todo esto, políticamente incorrecto, ha sido censurado. El resultado es el avance de Nafarroa Bai, que, haciendo pinza con una Batasuna maquillada, y aprovechando la ambigüedad de Zapatero, irá tejiendo inexorablemente su tela de araña en torno a Navarra. Algo de lo que la propia España, y los partidarios de su unidad, estarán siendo corresponsables, al haber suprimido, como decimos, todo rastro de mitología hispánica en el aséptico "Estado de las Autonomías" que hoy padecemos.

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domingo, 20 de mayo de 2007

SATANÁS Y "EL PAÍS"

Oficialmente, "El País" no cree que exista Satanás. Del mismo modo que niega validez a todos los demás dogmas de la Iglesia Católica, igual que niega que exista el infierno, la idea de un ser personal y realmente existente, enemigo irreconciliable de Dios y seductor de los hombres, le parece una creencia anacrónica, propia de una mentalidad pre-científica anclada en un mundo dominado por la superstición.

Y, sin embargo, durante décadas el suplemento musical de "El País", titulado precisamente "El País de las Tentaciones" (apenas velada alusión al propio Satán), ha mostrado una extrema debilidad, y casi una abierta fascinación, por los temás satánicos. Se nos cuenta, por ejemplo, que tal o cual grupo musical se declara "adorador de Satanás", o que, al menos, coquetea con la atractiva seducción que ejerce el Maligno. Pero entonces no apreciamos en el tono de las palabras que "El País" considere esa referencia a Satanás como algo que, al fin y al cabo, "todos sabemos que es mentira, que es un simple producto de la mente". Implícitamente, se está admitiendo que Satanás tiene una cierta realidad objetiva, que no es una simple creación subjetiva de nuestra capacidad de fabulación literaria y simbólica, como pueden ser, por ejemplo, Hamlet o don Quijote. Lo cual, a decir verdad, tiene su lógica: Satanás significa la mayor rebelión imaginable contra Dios en nombre de la "libertad": es casi un "héroe de la libertad". Y "El País" está obsesionado también con una "libertad" de estilo satánico que, en su opinión, sólo podrá ser alcanzada cuando desaparezca o se desnaturalice la Iglesia Católica. Por eso, "El País" considera a Satanás "uno de los nuestros". Oficialmente, como periódico "serio", tiene que burlarse de quienes creen que realmente existe. Pero encomienda a "El País de las Tentaciones" (que representa la dimensión "subterránea" de "El País") la tarea de insinuar su posible existencia objetiva. O, al menos, de decir que es un arquetipo de estilo junguiano, y que, por tanto, se sitúa a medio camino entre ser una creación subjetiva de la mente humana y una realidad objetiva, en cierto modo independiente de nuestra mente. Sea como sea, la fascinación de "El País" por Satanás constituye un síntoma más que alarmante acerca del mundo espiritual que hoy nos rodea.

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viernes, 11 de mayo de 2007

MARÍA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA, SOBREVALORADA

Las encuestas del CIS -discutiblemente fiables, por otro lado- nos vienen repitiendo durante los últimos tres años que la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega es uno de los miembros del Gobierno mejor valorados por los ciudadanos. Ahora bien: en sus muy numerosas intervenciones públicas, sólo la he escuchado reproducir los mismos eslóganes y mensajes políticos estereotipados que repiten sus demás compañeros del PSOE. Ni un atisbo de originalidad o independencia de pensamiento. Ninguna retórica deslumbrante. Ningún signo de mejor formación cultural que la media. Y, lo que es peor, ningún mayor grado de autenticidad humana que el bastante mediocre que es habitual en nuestra clase política, tanto en el PSOE como en el PP, IU y los nacionalistas. Sencillamente, Fernández de la Vega es una política más en el gris panorama político español contemporáneo.

Entonces, ¿por qué parece valorársela especialmente? A mi modo de ver, por tres razones: porque es la mujer que ha alcanzado un puesto de mayor relevancia política en España (la vicepresidencia del Gobierno). Porque da la imagen de persona mayor (no conozco su edad exacta, pero es, sin duda, la política que parece de más edad entre los políticos españoles de hoy), y eso le granjea cierta simpatía añadida. Y, finalmente, porque da la impresión de trabajar mucho, ya que continuamente sale a dar la cara en las ruedas de prensa, a apagar fuegos y a lidiar con las patatas calientes que tan poco le gustan a Zapatero. Cuando se desencadena alguna tormenta política desfavorable para él, Zapatero suele seguir la estrategia de desaparecer durante dos o tres días, a ver si entretanto escampa. Pero alguien tiene que dar la cara por el Gobierno: y allí que sale la señora De la Vega, dispuesta a aguantar el chaparrón. Tal vez en esto -en el valor de dar la cara- consista el mayor mérito que haya que reconocerle. Quizá tenga otros y yo personalmente no los conozca. Pero, desde luego, no me lo parece. Por lo que he visto de ella hasta el momento, Fernández de la Vega es una política del montón.

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viernes, 4 de mayo de 2007

EL PP, EL 11-M Y LA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN

"El País" se felicita de que el PP parezca estar empezando a desmarcarse de la teoría de la conspiración en referencia a los atentados del 11-M. Ya se sabe: que ETA pudo tener algo que ver, de algún modo, con tales atentados, posiblemente convenientes para producir un vuelco político en España.

Es cierto que, durante estos últimos años, distintos dirigentes del PP han dado pábulo a esta teoría de la conspiración, fuente de una interminable y muy agria polémica con el PSOE y los medios del grupo PRISA. Al final, parece que el PP va a tener que soltar este hueso, que se ha empeñado en morder durante demasiado tiempo y con argumentos no suficientemente convincentes. ¿Cuál habría debido ser su estrategia en este tema? Muy sencillo: abstenerse de teorías conspiratorias que se prestan fácilmente a refutaciones irónicas y ridiculizaciones, y limitarse a decir lo siguiente: "En los atentados del 11-M hay cosas importantes que no están claras. Que se investiguen todas, lleve a donde lleve tal investigación. No decimos que detrás se esconda la mano de ETA. No tenemos ninguna idea preconcebida: sólo la certidumbre de que hay que investigar más. Los resultados del 14-M habrían sido distintos -aunque no sabemos en qué medida- sin el 11-M, pero no los discutimos ni impugnamos. Sólo pedimos que se investigue a fondo el 11-M por un honrado deseo de que se aclaren los muchos puntos oscuros del caso. No sabemos si esos puntos oscuros podrían producir un giro espectacular en la investigación. Probablemente no, pero no hay que excluir ninguna posibilidad. Que se investigue hasta donde sea posible, por el simple deber de buscar siempre la verdad. Porque un Estado que se desinteresa de la verdad está socavando sus bases morales y se adentra en un peligroso camino".

Pero el PP, en mi opinión torpemente, ha insistido demasiado en la teoría de la conspiracion. Ahora tiene que desmarcarse de una posición difícilmente sostenible. Para regocijo de "El País", que comprueba la desorientación estratégica de un PP que no termina de dar con la clave justa para ganarle terreno a Zapatero.

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martes, 1 de mayo de 2007

LO QUE HAY DETRÁS DE "CAMBIO RADICAL"

Ciertamente, podríamos decir que, tras el exitoso y polémico programa de Antena 3 presentado por Teresa Viejo, hay cosas como la filosofía narcisista del Occidente contemporáneo, la identificación de la persona humana con su cuerpo, el "hombre light" descrito por el psiquiatra Enrique Rojas, el sueño de una juventud eterna a golpe de bisturí y la inmadurez antropológica donde el individuo, anclado en el Ello freudiano, se estanca en una etapa infantil de su evolución espiritual.

Pero, en realidad, tras "Cambio radical" también hay mucho más. Las personas que acuden al programa lo que realmente quieren no es sólo cambiar sus cuerpos, sino cambiar sus vidas: acceder a una vida más "ingrávida", más "fresca", más cercana a esa juventud del mundo con la que soñaba el Zaratustra danzante de Nietzsche. En este sentido, "Cambio radical" está relacionado con la crisis de la cultura occidental, con la insatisfacción vital del hombre contemporáneo, con los libros de autoayuda, con Bridget Jones, con Paulo Coelho y con esa vida ficticia en Internet que hoy muchos practican mediante "Second Life". Lo que los occidentales de nuestros días necesitan no es un cambio radical en sus cuerpos, sino un cambio radical en sus vidas. Lo que se anhela es, en el fondo,una vida auténticamente humana, fuera de la "Matrix" que nos envuelve y nos asfixia. Por desgracia, el Occidente contemporáneo sólo consigue dar al respecto palos de ciego, porque no sabe cómo darse a sí mismo ese tan necesario "cambio radical" que supondría una metamorfosis absoluta de nuestra civilización.

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domingo, 29 de abril de 2007

GRANDEZA Y TORPEZA DE PÍO MOA

Pocos nombres hay actualmente que tanto enfurezcan a la izquierda española como el de Pío Moa: junto con César Vidal, es el principal historiador revisionista de la Guerra Civil. Hace años leí los libros que Moa publicó en Ediciones Encuentro, en los que pude admirar una documentación exhaustiva, una constante ecuanimidad y un rigor argumentativo irreprochable. Los historiadores de la izquierda desprecian y denigran a Moa, pero más con ataques personales que con argumentos y datos verdaderamente convincentes.

Pío Moa ha hecho un importante servicio a la verdad histórica referente a nuestra Guerra Civil. Los historiadores de la izquierda creían que la batalla historiográfico-ideológica en torno a la Guerra Civil la tenían completamente ganada, pero el señor Moa ha tenido la osadía de hacerles frente. Sin embargo, opino que Pío Moa está cometiendo hoy un gran error con el tipo de intervenciones que hace en diferentes medios de comunicación analizando la situación política de la España actual. Bien está que critique al PSOE, a Zapatero y a los nacionalistas en todo lo que estime que están haciendo mal. Pero sus argumentos y su lenguaje resultan demasiado agresivos y carecen de los múltiples matices que, en cambio, sí caracterizan a sus libros sobre la Guerra Civil. Con lo cual -al igual que Jiménez Losantos- facilita el trabajo de descalificación que contra él se realiza desde los medios del grupo PRISA.

Conclusión: Señor Moa, dedíquese a hacer lo que hace bien, que es estudiar el tema de nuestra Guerra Civil. Y, si quiere hablar sobre la España actual, calibre su lenguaje y matice sus argumentos. De lo contrario, le estará haciendo un flaco favor a la derecha española y a un amplio sector de la población que le ha leído y que le admira.

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LA IZQUIERDA Y LA FAES

La FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), fundada por Aznar y think tank o laboratorio de ideas oficioso del Partido Popular, es tratada de una forma absolutamente despectiva por el PSOE y "El País": la FAES es, para la izquierda española, el think tank de los neocons de la derecha, y sus análisis se identifican -matiz arriba, matiz abajo- con la ideología de Jiménez Losantos, César Vidal, Pío Moa y César Alonso de los Ríos. De modo que "El País" no le dedica atención alguna al contenido de esos análisis, porque ya sabe el tipo de ideas y argumentos que se va a encontrar en ellos.

Esta situación se debe, sin duda, a la absoluta incomunicación que actualmente existe entre la derecha y la izquierda en España. Pero también la propia FAES tiene su parte de responsabilidad: porque no matiza suficientemente sus análisis ni utiliza el universo conceptual y cultural de la propia izquierda. Si la FAES quiere que sus análisis, aparte de servir como cocina ideológica para el PP, se ganen el respeto de "El País" y susciten su interés -y debería aspirar a esto-, ha de superar la rigidez y cierta simplificación excesiva en los que con frecuencia incurren sus argumentos. La izquierda cree poseer el monopolio de la sofisticación intelectual. La derecha tiene que demostrar a la izquierda de que esta dicotomía ("la izquierda es la cultura y el pensamiento, la derecha es la economía y no sabe pensar") no es más que un ridículo tópico.

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jueves, 26 de abril de 2007

¿POR QUÉ SE RÍEN LOS ETARRAS EN LA AUDIENCIA NACIONAL?

Todos hemos visto repetidas veces la misma escena: se juzga a un etarra en la Audiencia Nacional, y éste, en la jaula de cristal que lo aísla del público y los jueces, sonríe, se ríe incluso, se muestra distendido, despreocupado, indiferente y hasta desafiante. Si tiene a un compañero etarra a su lado, se abraza con él, da muestras de alegría; o bien saluda a los correligionarios batasunos que asisten al juicio para arroparle y jalearle.

¿Por qué todo esto? Sólo hay una respuesta: para hacer más daño, para poner nerviosos a los familiares de las víctimas, para indignar a los asistentes, para que sus imágenes, difundidas por la televisión, desconcierten y provoquen la ira de los españoles: una ira impotente, porque los telespectadores ven cómo los etarras escenifican su absoluta despreocupación y chulería ante el Tribunal y éste no toma ninguna medida contundente.

¿Qué debería hacerse con los etarras en los juicios de la Audiencia Nacional? Para empezar, fuera la jaula de cristal, que a ver por qué ese privilegio, que no se concede en España, durante el juicio, a ningún otro tipo de criminales: la jaula de cristal estimula el chulerismo etarra, al hacer que se sientan físicamente separados de la sala. Y luego, como mínimo, si es que incurren en sus habituales gestos de provocación, esposarlos por las espaldas y hacer que estén, por lo menos, en una postura un poco incómoda. Tal vez entonces empezaran a quitárseles las ganas de reír ante los familiares de sus víctimas.

La firmeza de un Estado también se demuestra con lo que sucede durante los juicios que se celebran en sus Tribunales. Lo que hacen los etarras cuando se les juzga constituye una inadmisible burla y una clarísima provocación. Si los etarras supieran que esas actitudes no se iban a tolerar y que iban a tener, de forma inmediata, consecuencias desagradables para ellos, se andarían con mucho más cuidado. Pero un Estado débil y sin convicciones firmes, como el nuestro, permite que los asesinos de ETA exhiban su insolencia incluso delante del Tribunal.

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lunes, 23 de abril de 2007

IRÁN Y EL VELO DE AHMADINEYAD

Nos llega de Irán la noticia de que el presidente Ahmadineyad ha lanzado una campaña para restaurar el rigor, hoy relajado, en la observancia del velo femenino dentro de la sociedad iraní.

La reacción occidental mayoritaria ante la iniciativa de Ahmadineyad es de extrañeza e incredulidad: el velo femenino simboliza una sociedad retrógrada, autoritaria y patriarcal, una teocracia anclada en valores más que trasnochados. La liberación del velo representaría la liberación de la mujer, el acceso al concepto de libertad que disfruta Occidente. Una buena parte de la sociedad iraní -sobre todo de la juventud- aspira a ese tipo de libertad. Y nosotros creemos que acceder a esa libertad es algo irrenunciable, valiosísimo y maravilloso.

Sin embargo, el concepto occidental de libertad es también el mayor enemigo del propio Occidente contemporáneo: porque esa libertad, por su propia dinámica interna, tiende a no reconocer ningún límite infranqueable y sagrado: el "hombre libre" occidental de nuestros días quiere convertirse en el Superhombre de Nietzsche: un hombre "más allá del bien y del mal". Pero la libertad, convertida en un valor absoluto, conduce a la sociedad a la confusión, la desorientación, la anarquía y el caos. Como está sucediendo en las sociedades occidentales contemporáneas.

El mundo musulmán percibe ese caos, ese alejamiento de Dios en nombre de la "libertad del hombre" e intenta defenderse contra la influencia de Occidente. El velo islámico en el que insiste Ahmadineyad es justamente un instrumento de defensa contra ese caos. Aunque la dinámica general del mundo actual -también en los países musulmanes- va en sentido contrario: hacia el abandono del velo y el acercamiento a la seducción irresistible que ejerce la libertad occidental. Y esta lucha entre dos visiones contrapuestas del mundo (la islámica y la occidental) genera unas tensiones complejísimas que habría que analizar con el máximo rigor intelectual. El velo de Ahmadineyad tiene sentido y es legítimo. Pero también es legítima -si no se la lleva a su última expresión- la libertad occidental. A ver cómo coordinamos lo uno con lo otro. ¿Cómo? No sería mala idea preguntárselo al cristianismo.

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sábado, 21 de abril de 2007

¿HAY EN EL GOBIERNO DEL PSOE ALGÚN HOMOSEXUAL?

Repasando mis cuadernos de notas, he recordado que, en una rueda de prensa celebrada hace algún tiempo por el entonces Ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, cuando el tema de la Ley del Matrimonio Homosexual estaba de candente actualidad, un periodista le preguntó al señor ministro si algún miembro del Gobierno pensaba acogerse a esa Ley. La respuesta se redujo a una mirada fulminadora de basilisco enfurecido.

Interpretemos: el PSOE piensa que la homosexualidad es algo tan normal y legítimo, que hay que conceder a los homosexuales el derecho al matrimonio. Pero, cuando -con bastante mala leche, reconozcámoslo- se le pregunta al Ministro que ha defendido esa Ley si algún miembro del Gobierno, tal vez homosexual aún en el armario, piensa hacer uso de ese derecho recién estrenado, va y le mira a uno como si quisiera matarlo. Es decir: que, implícitamente, se sigue pensando que la homosexualidad es algo incorrecto e incluso vergonzoso. Eso nunca lo dirá abiertamente nadie del PSOE (se lo cargarían al instante), pero más de uno lo demuestra con sus actos y actitudes. A muchos socialistas que ideológicamente defienden la homosexualidad como "opción sexual" no les gustaría en absoluto tener un hijo homosexual. La homosexualidad está bien cuando hablamos en abstracto o nos referimos al "colectivo homosexual", y sobre todo como tema político con el que hacer demagogia contra la derecha. Pero ya no gusta tanto cuando afecta a la familia de uno: entonces, también los socialistas prefieren, en secreto, que su hijo sea heterosexual, "como debe ser y es normal".

Un ejemplo más de las muchas incoherencias ideológicas de la izquierda.

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MARIA DE LA PAU JANER Y EL PP

Mucho revuelo se ha armado con las palabras de la escritora y presentadora María de la Pau Janer, incluida en las listas del PP balear para las elecciones autonómicas: que apoya a CiU en Cataluña y que nunca formaría parte de la candidatura de Rajoy o Piqué; que Jaume Matas y el PP balear son otra cosa.

Pero el asunto es bastante fácil de entender: actualmente, tanto el PP como el PSOE, en numerosas Comunidades Autónomas, tienen que adoptar una postura muy cercana al nacionalismo si quieren tener futuro electoral en su territorio. De modo que, en muchos casos, se vuelven cada vez más independientes de la línea política de su partido nacional matriz. Desde hace muchos años, hemos tenido al PSC catalán como un partido prácticamente distinto del PSOE nacional y autónomo respecto a éste. Pero ahora la tendencia se extiende, de modo que, efectivamente, y con esas auténticas taifas en que se están convirtiendo las Comunidades Autónomas, los partidos regionales tienen cada vez más la sensación de que su vínculo con el partido nacional del que son parte resulta cada vez más tenue. Es lo que sucede, por ejemplo, en el PP balear de Matas. En este contexto, no son tan difíciles de entender las palabras de Maria de la Pau Janer.

Por otra parte, resulta muy criticable que Jaume Matas lleve en sus listas a alguien que públicamente declara lo que ha declarado la señora Janer: como mínimo, es una falta de respeto a su propio partido. Pero esto es sólo un síntoma más en el actual proceso de degradación de la vida política española.

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jueves, 19 de abril de 2007

"A CORUÑA" Y LA DICTADURA QUE VIENE

La batalla ya hay que darla por completamente perdida: en televisiones, radios, periódicos etc. etc., siempre que hay que mencionar actualmente la ciudad de La Coruña, no se dice "La Coruña", sino "A Coruña". Puede haber alguna excepción, pero, según tengo repetidamente comprobado, en la inmensa mayoría de los casos esto es así. Y no es sólo que, con ello, haya triunfado la tesis, cerril y dictatorial, del Bloque Nacionalista Galego (que, si digo "Gallego", me pegan), que le han conseguido ganar el pulso al ex-alcalde Paco Vázquez. Es mucho más: que hoy en día sea prácticamente imposible oír, en un medio de comunicación español, "La Coruña", es señal de hasta qué punto nuestra vida social se está degradando, debido a la creciente tiranía de lo políticamente correcto y de la dictadura socialista-nacionalista. Porque, si te atreves a decir en público, sin complejos, "La Coruña", ya estás dando lugar a que te etiqueten como "fascista" y "franquista", miembro de la "derecha extrema" de la COPE y el PP de Rajoy, cuando no directamente de la extrema derecha de Ynestrillas.

Podría pensarse que, al fin y al cabo, ¿qué más da decir "A Coruña" o "La Coruña"? Pero sí que nos jugamos mucho en esa "L" hoy censurada. No es una mera cuestión nominalista. Si perdemos la libertad y el derecho de usar esa "L", si dejamos que el nuevo fascismo izquierdista-nacionalista nos la robe, si nos acomplejamos de tal modo, que no somos capaces de defender esa letra, podemos estar seguros que no habremos perdido sólo una letra del alfabeto. En la actual tesitura de España
esa "L", igual que nuestra propia bandera, es el símbolo de la libertad. La coalición izquierdista-nacionalista que ha propiciado Zapatero ha prohibido la "L" de La Coruña. Y, si no se les hace frente, se darán cuenta de nuestro miedo, de nuestra incapacidad para defender aquello en lo que creemos, y entonces estaremos perdidos. Entonces no podremos culpar a nadie de la dictadura que viene.

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miércoles, 18 de abril de 2007

EL PRINCIPAL PROBLEMA DE ROSA REGÁS

Se ha cumplido hace unas fechas el primer aniversario desde que Rosa Regás, actual directora de la Biblioteca Nacional, decidiera que la estatua de Menéndez Pelayo, figura señera de la erudición y la crítica histórica y literaria española, no era digna de presidir el vestíbulo de la institución, de la que, por cierto, fue también director.

Ciertamente, se podría discutir con mucha más razón si Rosa Regás es digna de dirigir la Biblioteca Nacional. Su currículum no admite la más mínima comparación con el de don Marcelino: consiste básicamente en haber formado parte de la "gauche divine", tener cierta experiencia editorial en Seix-Barral, haber ganado una vez el Premio Nadal, tener publicadas varias novelas que no pasarán a la Historia de la Literatura y ser una de las niñas mimadas, como articulista y figura pública de la izquierda más cerrada, dentro de "El País" y el grupo PRISA en general. Pero para ser director de la Biblioteca Nacional hace falta algo más. Para empezar, tener un poco más de cultura general (recuérdese su metedura de pata con Barrabás). Una cultura con más fundamento: Luis Racionero o Jon Juaristi sí fueron dignos directores de la Biblioteca. Podrían serlo también, por ejemplo, Sánchez-Dragó, Fernando Savater, Eugenio Trías o Emilio Lledó. Pero no una persona que tendrá, como todas, sus méritos y cualidades, pero sin la suficiente densidad y solvencia cultural.

Pero, con todo, esta carencia no es el principal problema de Rosa Regás. Su principal problema está en su soberbia, en su imprudencia, en su atrevimiento temerario y en su absoluta falta de humildad. Si llegas como directora a una institución que culturalmente te sobrepasa, por lo menos no caigas en una arrogancia de tal calibre como retirar la estatua de Menéndez Pelayo. Pero ya se sabe...: cuando falta la humildad y sobra la ideología, pasa lo que pasa. Con un poco de humildad y sentido común, Rosa Regás se habría dado cuenta de que Menéndez Pelayo está por encima de consignas y tendencias políticas: accedió desde el principio al olimpo de los grandes de la cultura española. De modo que merece, obviamente, el más absoluto respeto. También lo merece Rosa Regás como persona. Pero no tanto como la fanática progre que sigue siendo ni como mediocre directora de nuestra Biblioteca Nacional.

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lunes, 16 de abril de 2007

SARKOZY Y SÉGOLÈNE: HOMBRE O MUJER

Las elecciones presidenciales francesas se aproximan y Ségolène Royal, por detrás de Sarkozy en las encuestas, simplifica las cosas y, aparcando otro tipo de argumentos, apela, para pedir el voto, a su condición de mujer: "Es la hora de las mujeres". Los franceses prefieren a Sarkozy por su imagen de mayor solidez y autoridad, y porque parece tener las ideas claras. En cambio, castigan a Ségolène por la inconcreción y confusión de sus planteamientos políticos, por ser una política "gaseosa" en un país apasionado por el debate riguroso de las ideas.

Pero Ségolène contraataca simplificando: "Yo soy mujer y eso me hace mejor que Sarkozy". Es decir: abajo los argumentos racionales, en beneficio de un argumento emocional muy discutible: que, por principio, una mujer es mejor que un hombre como presidente de la República. Y Francia tiene que elegir: o una presidenta mujer, sí, pero que viene demostrando en los últimos meses una alarmante falta de preparación para desempeñar un puesto de tanta responsabilidad, o un presidente hombre que se muestra más sólido, pero que tiene el "inconveniente" de ser hombre. Desde mayo del 68, la Europa posmoderna es cada vez más femenina y aprecia cada vez más los valores femeninos: en este sentido, Ségolène llevaría ventaja. Pero, por otra parte, una Europa desorientada e insegura -por ejemplo, frente al desafío musulmán- necesita reencontrarse con el arquetipo del Padre, es decir, con la autoridad masculina que sabe tomar decisiones y decir "no". Sarkozy es, frente a Ségolène, el "padre": aunque, si sale elegido, ya veremos en qué medida sabe ser un verdadero "presidente-padre", que conjuga la autoridad masculina con una sensibilidad de tipo femenino. Un padre que inspira a la vez respeto y confianza. Aunque la decisión la tienen los franceses, que pueden también votar a Ségolène, como ella pide ahora, por el mero hecho de ser mujer.

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domingo, 15 de abril de 2007

¿CERRAR SAN CARLOS BORROMEO?

Rouco no ha ordenado cerrar la "iglesia roja" de Entrevías por capricho ni arbitrariamente. Es más que evidente que, desde hace mucho tiempo, Enrique de Castro y sus compañeros, están fuera de la fe de la Iglesia Católica. No ocultan su adhesión a la Teología de la Liberación, y cualquiera que entienda mínimamente de Teología e Historia de la Iglesia sabe que esa teología significa reducir el cristianismo a mera acción social y política. En San Carlos Borromeo no se predica la fe de Cristo, sino que simplemente se desarrolla una labor social tal vez encomiable desde muchos puntos de vista, pero que no es el fin primordial de la Iglesia.

Muchas parroquias católicas "normales", así como organizaciones de la Iglesia como Cáritas, asisten a drogadictos, prostitutas, enfermos de SIDA, ancianos, enfermos, indigentes, inmigrantes, transeúntes etc. También lo hacen miles de sacerdotes doctrinal y litúrgicamente ortodoxos a título personal. Enrique de Castro lo habría tenido muy fácil para seguir en su parroquia de Entrevías: si no es mucho pedir, celebrar la liturgia según las normas canónicas (nada de rosquillas ni pastelitos en la comunión, si es posible) y que en San Carlos Borromeo se predique a Cristo tal y como lo presenta la Iglesia. Pero no: los curas de Entrevías, más chulos que nadie, se han saltado a la torera todas las advertencias de su obispo, porque ellos van por libre -faltaría más-. Si verdaderamente hubieran estado preocupados porque, ahora, ya no van a poder seguir desarrollando su labor en Entrevías, entonces habrían hecho caso a su obispo, que tampoco les pedía nada extraordinario. Pero, como lo que más les importaba era la "resistencia ideológica contra la jerarquía" y echarle un pulso mediático al obispo con la ayuda de "El País" y demás medios progres, han tensado la cuerda hasta forzar el cierre de la parroquia. Es lo que sucede cuando la ideología política pesa más que el verdadero amor a los más necesitados.

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jueves, 12 de abril de 2007

EL GRAN PECADO DE PP Y PSOE EL 11-M

Se desarrolla el macro-jucio por los atentados del 11 de marzo y PP y PSOE no dejan de lanzarse acusaciones recíprocas a cuenta de aquella jornada aciaga. Y, sin embargo, ni uno ni otro hacen la autocrítica que deberían atreverse a afrontar.

Porque, ¿cuál fue el gran pecado de PP y PSOE entre el 11 y el 14 de marzo de 2004? Sencillamente, que, desde un primer momento, su principal preocupación fue la de cómo iba a afectar el atentado a las elecciones del 14 de marzo. El PSOE insistió desde muy pronto en la tesis de la autoría islamista porque pensaba que eso podía causar un vuelco decisivo en las intenciones de voto. Y el PP retrasó todo lo que pudo el admitir esa hipótesis y estiró temporalmente todo lo posible la insistencia en la autoría etarra porque consideró que eso era lo que más le beneficiaba con vistas a la jornada electoral.

Es decir: PP y PSOE llevan años llenándose la boca con aquello de "no instrumentalizar políticamente el tema del terrorismo" y resulta que, ya desde la mañana misma del 11 de marzo, sus líderes estuvieron preocupados ante todo por la repercusión electoral del atentado. En vez de eso, tendrían que haber dicho: "Después de una masacre así y de tanto dolor, lo de menos ya es quién gane las elecciones el próximo domingo. Este sufrimiento lo que tiene que hacer es unirnos a todos, incluidos los políticos de PP y PSOE. Gane quien gane, este atentado tiene que sacudir nuestras conciencias y llevarnos a aparcar las rivalidades políticas partidistas, muchas veces tan mezquinas. Algo muy profundo debe cambiar en el clima político español y tal vez esta tremenda masacre pueda ser el punto de arranque para impulsar ese cambio".

Pero nadie dijo ni esto ni nada por el estilo. PP y PSOE se portaron de una manera absolutamente decepcionante, obsesionados con ganar las elecciones y llegar al poder. Ese fue el gran pecado de ambos el 11-M. Y a día de hoy todavía lo seguimos pagando.

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lunes, 9 de abril de 2007

¿UN PP "MÁS CENTRISTA"?


En "El Mundo" del pasado domingo 8 de abril, el editorialista del periódico, recogiendo la postura de Pedro J. Ramírez, opina que "sólo un PP más centrista podrá derrotar a Zapatero", habida cuenta de que en el momento actual se encuentra estancado en las encuestas de intención de voto y una parte significativa de la población española no está de acuerdo con el estilo de oposición que está desarrollando el partido de Mariano Rajoy.

El centro político es ese lugar mítico que se afanan en buscar todos los partidos que tienen aspiraciones serias de gobierno. En este sentido, se puede estar de acuerdo con "El Mundo". Ahora bien: ¿qué significaría, para el PP actual, "ser más centrista"? Que se sepa, la referencia política del Partido Popular es la Constitución de 1978, lo cual -digo yo- no les convierte en unos monstruos de la extrema derecha. Así que no es que Mariano Rajoy deba cambiar tales referencias, sino, más bien, un aspecto muy importante de su actitud: aunque puede seguir criticando todo lo que sinceramente considere equivocado en la política de Zapatero, debe adoptar un tono más moderado, matizar mejor sus argumentos y diversificar los mensajes que lanza hacia la opinión pública, ahora mismo demasiado centrados en el tema de la negociación con ETA.

Mariano Rajoy es un hombre de trato cordial y estilo muy poco autoritario. Aunque a veces es necesario enfadarse y levantar la voz, su actual tono, que muy a menudo está demasiado elevado, termina por cansar y resulta contraproducente. "Ser más centrista" consiste, simplemente, en aparecer como una persona que, sí, sabe levantar la voz y dar un puñetazo en la mesa si hace falta, pero cuya actitud habitual es la de una persona afable, estable, razonable y tranquila. Eso lo podría hacer Rajoy limitándose a ser él mismo. Tan sencillo -y tan difícil- como eso.

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